FORMACION E INFORMACION
PARTE II
por: RODOLFO GONZALEZ PEREZ
24 de julio de 2016
FORMACION E INFORMACION BIBLICA, SOCIAL, CULTURAL E HISTORICA
Nosotros como Iglesia Católica Liberal Occidental unidos en el espíritu de amor fraternal cristiano y en el respeto mutuo invocando la unidad en la diversidad, estamos felices de que la Iglesia Católica Romana desde el Pontificado de Monseñor Joseph Card. Ratzinger y hasta el Pontificado del muy carismático Papa Francisco, esté en sus mejores momentos , ya que las reformas y el cambio de perspectiva está llevando a la Iglesia Católica Romana a una adaptación a su tiempo y al momento histórico que se vive a día de hoy. Por todo ello les felicitamos y nos alegra en gran manera que nos una ese espíritu de la concordia y la apostolicidad.
Sin embargo y a pesar de los esfuerzos de los dos últimos pontífices Monseñor Joseph Card. Ratzinger y Monseñor Francisco, mucha gente sigue desinformada, incluso me atrevo a decir que dicha desinformación es conveniente para algunas diócesis católicas romanas de Latinoamérica. Entendemos que los cambios puedan llevar su tiempo de maduración y de recepción, pero creo que ha llegado el momento de que esas personas que mal informan o desinforman se detengan de una vez y sean desenmascaradas.
Los esfuerzos de una visión unificadora de la Iglesia Cristiana no son sola y propiamente de la Iglesia de Roma, ya desde años anteriores las Iglesias Cristianas de Europa habrían hecho intentos grandes para llevar a buen puerto esta unidad, algunos fueron fructíferos otros no tanto, pero la intención de aglutinar en la diversidad a todas las Iglesias que contemplaran y practicaran los 7 sacramentos reconocidos y promulgados en el concilio de Trento y con sucesiones apostólicas validas, fue algo que se inició desde hace tiempo.
Como bien señalé en este escrito en la parte primera, muchas Iglesias ostentan el nombre de Católicas y es precisamente porque esa Universalidad que nos define y nos unifica está dada en dos puntos afines, por ello no es importante el nombre de la Iglesia sino más bien lo importante es lo que nos une y nos define como Católicos.
Esos puntos de unidad son:
-Las Órdenes Apostólicas Validas
-Los 7 Sacramentos
El concilio de Trento dedicó su sesión séptima a tratar el tema de los sacramentos. Aunque no ofreció una definición formal de sacramento, fijó la ya tradicional expresión de Berengario de Tours: «forma visible de la gracia invisible», usando además la categoría del símbolo que contiene y confiere la gracia que significa. Además se estableció el número de siete sacramentos. También, y a pesar de las disputas entre los teólogos y obispos, se aceptó la afirmación por la cual los sacramentos habrían sido instituidos por Jesucristo (aunque las escuelas presentes definían de diversos modos la noción de «institución»). Ahora bien, el común origen y la imposibilidad de modificar su sustancia no implica -siempre según los padres conciliares- que todos los sacramentos sean iguales en dignidad.
En contra de la teología de la Reforma, el Concilio afirmó la eficacia de los sacramentos siempre que el receptor no ponga obstáculos a la gracia. Ahora bien, para evitar conflictos con los ortodoxos, se usó la expresión «contienen la gracia» y no «causan la gracia» y la contienen «ex opere operato», según expresión que indica su eficacia sobrenatural propia. Sin embargo, se condicionó tal eficacia a que el ministro quiera hacer con ellos lo que hace la Iglesia y realice lo esencial a cada sacramento.
Además se indicó que tres eran los sacramentos que conferían «carácter» (y que, por tanto, podían ser recibidos una sola vez): el Bautismo, la Confirmación y el Orden.
No obstante a esto Monseñor Joseph Card. Ratzinger cuando aún era un prefecto de la CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE Católica Romana, escribe su Declaración llamada DOMINUS IESUS (SOBRE LA UNICIDAD Y LA UNIVERSALIDAD SALVÍFICA DE JESUCRISTO Y DE LA IGLESIA), el cual es un interesante trabajo intencionado a la unidad de la Cristiandad.
Aquí les dejo el link web directo de todo el trabajo de Monseñor Ratzinger.
http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_20000806_dominus-iesus_sp.html
Quiero solamente centrarme en los puntos 16 y 17, los cuales voy a transcribir aquí pero que el lector podrá leer también en el original.
IV. UNICIDAD Y UNIDAD DE LA IGLESIA
16. El Señor Jesús, único salvador, no estableció una simple comunidad de discípulos, sino que constituyó a la Iglesia como misterio salvífico: Él mismo está en la Iglesia y la Iglesia está en Él (cf. Jn 15,1ss; Ga 3,28; Ef 4,15-16; Hch 9,5); por eso, la plenitud del misterio salvífico de Cristo pertenece también a la Iglesia, inseparablemente unida a su Señor. Jesucristo, en efecto, continúa su presencia y su obra de salvación en la Iglesia y a través de la Iglesia (cf. Col 1,24-27),47 que es su cuerpo (cf. 1 Co 12, 12-13.27; Col 1,18).48 Y así como la cabeza y los miembros de un cuerpo vivo aunque no se identifiquen son inseparables, Cristo y la Iglesia no se pueden confundir pero tampoco separar, y constituyen un único « Cristo total ».49 Esta misma inseparabilidad se expresa también en el Nuevo Testamento mediante la analogía de la Iglesia como Esposa de Cristo (cf. 2 Cor 11,2; Ef5,25-29; Ap 21,2.9).50
Por eso, en conexión con la unicidad y la universalidad de la mediación salvífica de Jesucristo, debe ser firmemente creída como verdad de fe católica la unicidad de la Iglesia por él fundada. Así como hay un solo Cristo, uno solo es su cuerpo, una sola es su Esposa: « una sola Iglesia católica y apostólica ».51 Además, las promesas del Señor de no abandonar jamás a su Iglesia (cf. Mt 16,18; 28,20) y de guiarla con su Espíritu (cf. Jn 16,13) implican que, según la fe católica, la unicidad y la unidad, como todo lo que pertenece a la integridad de la Iglesia, nunca faltaran.52
Los fieles están obligados a profesar que existe una continuidad histórica —radicada en la sucesión apostólica—53 entre la Iglesia fundada por Cristo y la Iglesia católica: « Esta es la única Iglesia de Cristo [...] que nuestro Salvador confió después de su resurrección a Pedro para que la apacentara (Jn 24,17), confiándole a él y a los demás Apóstoles su difusión y gobierno (cf. Mt 28,18ss.), y la erigió para siempre como « columna y fundamento de la verdad » (1 Tm 3,15). Esta Iglesia, constituida y ordenada en este mundo como una sociedad, subsiste [subsistit in] en la Iglesia católica, gobernada por el sucesor de Pedro y por los Obispos en comunión con él ».54 Con la expresión « subsitit in », el Concilio Vaticano II quiere armonizar dos afirmaciones doctrinales: por un lado que la Iglesia de Cristo, no obstante las divisiones entre los cristianos, sigue existiendo plenamente sólo en la Iglesia católica, y por otro lado que « fuera de su estructura visible pueden encontrarse muchos elementos de santificación y de verdad »,55 ya sea en las Iglesias que en las Comunidades eclesiales separadas de la Iglesia católica.56 Sin embargo, respecto a estas últimas, es necesario afirmar que su eficacia « deriva de la misma plenitud de gracia y verdad que fue confiada a la Iglesia católica ».57
17. Existe, por lo tanto, una única Iglesia de Cristo, que subsiste en la Iglesia católica, gobernada por el Sucesor de Pedro y por los Obispos en comunión con él.58 Las Iglesias que no están en perfecta comunión con la Iglesia católica pero se mantienen unidas a ella por medio de vínculos estrechísimos como la sucesión apostólica y la Eucaristía válidamente consagrada, son verdaderas iglesias particulares.59 Por eso, también en estas Iglesias está presente y operante la Iglesia de Cristo, si bien falte la plena comunión con la Iglesia católica al rehusar la doctrina católica del Primado, que por voluntad de Dios posee y ejercita objetivamente sobre toda la Iglesia el Obispo de Roma.60
Por el contrario, las Comunidades eclesiales que no han conservado el Episcopado válido y la genuina e íntegra sustancia del misterio eucarístico,61 no son Iglesia en sentido propio; sin embargo, los bautizados en estas Comunidades, por el Bautismo han sido incorporados a Cristo y, por lo tanto, están en una cierta comunión, si bien imperfecta, con la Iglesia.62 En efecto, el Bautismo en sí tiende al completo desarrollo de la vida en Cristo mediante la íntegra profesión de fe, la Eucaristía y la plena comunión en la Iglesia.63
« Por lo tanto, los fieles no pueden imaginarse la Iglesia de Cristo como la suma —diferenciada y de alguna manera unitaria al mismo tiempo— de las Iglesias y Comunidades eclesiales; ni tienen la facultad de pensar que la Iglesia de Cristo hoy no existe en ningún lugar y que, por lo tanto, deba ser objeto de búsqueda por parte de todas las Iglesias y Comunidades ».64 En efecto, « los elementos de esta Iglesia ya dada existen juntos y en plenitud en la Iglesia católica, y sin esta plenitud en las otras Comunidades ».65
« Por consiguiente, aunque creamos que las Iglesias y Comunidades separadas tienen sus defectos, no están desprovistas de sentido y de valor en el misterio de la salvación, porque el Espíritu de Cristo no ha rehusado servirse de ellas como medios de salvación, cuya virtud deriva de la misma plenitud de la gracia y de la verdad que se confió a la Iglesia ».66
La falta de unidad entre los cristianos es ciertamente una herida para la Iglesia; no en el sentido de quedar privada de su unidad, sino « en cuanto obstáculo para la realización plena de su universalidad en la historia ».67......
Estamos satisfechos de ver como los esfuersos de unidad católica y apostolica no son solamente por parte de las Iglesias Catolicas no romanas sino que desde la misma sede vaticana ellos manifiestan su intención de unidad.
Según la declaración DOMINUS IESUS quiero hacer hincapié en algunos puntos.
El escrito dice:
… Los fieles están obligados a profesar que existe una continuidad histórica —radicada en la sucesión apostólica…
1. Juzgamos que aquí Monseñor Ratzinger hace mención a ese legado histórico que descansa en la apostolicidad osea en la sucesión apostolica valida, de lo cual deducimos que tanto los católicos romanos como los católicos no romanos, nos reconocemos como hermanos en una misma madre iglesia la cual nos une en esa sucesión apostolica.La declaración continua y dice:
… Esta Iglesia, constituida y ordenada en este mundo como una sociedad, subsiste [subsistit in] en la Iglesia católica, gobernada por el sucesor de Pedro y por los Obispos en comunión con él…
2. Por descontado aquí no se está refiriendo solo a los Obispos Católicos Romanos en comunión con el Papa, sino que se refiere con toda claridad a los Obispos de otras denominaciones Católicas que están en comunión con el Papa ligados, a el por esa Universalidad y Sucesión Apostólica, así pues la Iglesia Universal indivisible aunque con muchas denominaciones, es gobernada por estos Obispos.
… por un lado que la Iglesia de Cristo, no obstante las divisiones entre los cristianos, sigue existiendo plenamente sólo en la Iglesia católica, y por otro lado que « fuera de su estructura visible pueden encontrarse muchos elementos de santificación y de verdad »,55 ya sea en las Iglesias que en las Comunidades eclesiales separadas de la Iglesia católica.56 Sin embargo, respecto a estas últimas, es necesario afirmar que su eficacia « deriva de la misma plenitud de gracia y verdad que fue confiada a la Iglesia católica »….57
3. La Plenitud de Gracia a la cual esta declaración se está refiriendo ya no es solamente a la Sucesión Apostólica sino también a la unión Sacramental. Es decir la Iglesia es una y la mantiene indivisible la institución Sacramental así como la Sucesión apostólica.
… Las Iglesias que no están en perfecta comunión con la Iglesia católica pero se mantienen unidas a ella por medio de vínculos estrechísimos como la sucesión apostólica y la Eucaristía válidamente consagrada, son verdaderas iglesias particulares.59 Por eso, también en estas Iglesias está presente y operante la Iglesia de Cristo, si bien falte la plena comunión con la Iglesia católica al rehusar la doctrina católica del Primado, que por voluntad de Dios posee y ejercita objetivamente sobre toda la Iglesia el Obispo de Roma.60
Por el contrario, las Comunidades eclesiales que no han conservado el Episcopado válido y la genuina e íntegra sustancia del misterio eucarístico,61 no son Iglesia en sentido propio; sin embargo, los bautizados en estas Comunidades, por el Bautismo han sido incorporados a Cristo y, por lo tanto, están en una cierta comunión, si bien imperfecta, con la Iglesia.62 En efecto, el Bautismo en sí tiende al completo desarrollo de la vida en Cristo mediante la íntegra profesión de fe, la Eucaristía y la plena comunión en la Iglesia.63
En efecto, « los elementos de esta Iglesia ya dada existen juntos y en plenitud en la Iglesia católica, y sin esta plenitud en las otras Comunidades ».65 « Por consiguiente, aunque creamos que las Iglesias y Comunidades separadas tienen sus defectos, no están desprovistas de sentido y de valor en el misterio de la salvación, porque el Espíritu de Cristo no ha rehusado servirse de ellas como medios de salvación, cuya virtud deriva de la misma plenitud de la gracia y de la verdad que se confió a la Iglesia ».66...
4. Monseñor Ratzinger en esta declaración da un giro drástico a la situación actual. Pues la Iglesia Catolica Romana en años anteriores poseía sus reservas sobre los cristianos que no estuvieran bajo esa universalidad sacramental y apostolica. A pesar que algunos padres de la Iglesia se manifestaron a favor de los no alineados con la sede de roma, La Iglesia Catolica Romana hasta este momento no se había planteado una forma de ver la unidad de la Iglesia Cristiana de esta manera. Desde luego esta declaración da un giro de 180 grados a la unidad y Monseñor Ratzinger lo supo hacer muy bien.
5. La declaración además reconoce que la Iglesia Católica esparcida por el mundo que no responde a la obediencia del Obispo de Roma es una Iglesia dentro de esa universalidad y Cristo está presente en ella.
CONCLUCIONES
Mucho se ha Juzgado, y cuestionado, si fuera de Roma hay salvación, o si existe otras vías de creencias validas en doctrinas, sin embargo la Historia Apostólica define, que hay una sola y valida Iglesia, pero disgregada, por el antojo de unos pocos ego centristas que buscan el protagonismo. Espero que con este escrito os aclaren un poco las dudas que puedan tener. Espero que esos calumniadores y difamadores de la Sana Doctrina, entiendan de unas ves que el daño se lo hacen a ellos mismos.
Con frecuencia, las Iglesias Católicas Apostólicas no Romanas, sean Nacionales, Tridentinas, Ortodoxas Occidentales, o Sedevacantistas son blanco de críticas por algunas jerarquías Romanas, tras considerarlas irregulares. Argumentan que tanto sus obispos como sus sacramentos no son reconocidos como católicos (Universales), pero los siguientes documentos históricos irrebatibles no dicen lo mismo.
El primer Concilio Niceno (a 325) se expresó claramente a este respecto hablando de los novacianos: “Sobre los que se llaman Catharos (esto es, limpios) si vinieren a la Iglesia Católica, agradó al Santo y al Gran Concilio que, recibiendo la imposición de manos en penitencia, permanezcan como están en el clero. Conviene que, sobre todo, profesen por escrito que reciben y siguen todos los dogmas de la Iglesia Católica y Apostólica”.
Los Santos Padres pensaron que la imposición de manos o la Ordenación producen sus efectos aunque proceda de un ministro indigno. Es un Sacramento y una acción de Cristo, que no queda desvirtuada por la “iniquidad” del instrumento. Este principio general de Teología Sacramental Patrística tiene ahora su manifestación concreta en el Sacramento del Orden.
San Jerónimo dice igualmente: “Si el que bautiza en su fe herética no puede dañar al bautizado, tampoco el que en su propia fe herética hace la ordenación del sacerdote le mancho”.
San Agustín (354-430): “no hay ninguna razón porque quien no puede perder el bautismo pueda perder el derecho a darlo, porque uno y aún los mismo propósitos que venían de un cisma han sido recibidos, aun cuando pareciese ser necesario que desempeñasen los mismos oficios que antes desempeñaban, o han sido ordenados de nuevo, sino que, lo mismo que el bautismo, la ordenación permaneció íntegra, puesto que en la separación o cisma hubo un vicio, pero no en los Sacramentos, que son los mismos dondequiera que estén... Si nosotros procedemos mal, que expliquen ellos como no pueda perderse el Sacramento del bautizado, y pueda perderse el sacramento del ordenado, que dicen: “al apartarse de la Iglesia no perdió el bautismo pero sí el derecho a darlo”. Porque si uno y otro es sacramento, de lo cual nadie duda, ¿por qué aquel no se pierde y este sí se pierde? Ni a uno ni a otro sacramento hay que hacer injuria”.
Una de las razones de esta aceptación de los Sacramentos conferidos por “herejes, Cismáticos y Pecadores” la daba San Agustín: “una cosa es no tener algo, y otra cosa es tenerlo ilegítimamente o usurparlo ilícitamente. Los sacramentos hay que reconocerlos y venerarlos”.
Otras razones eran la “Costumbre” o Tradición de la Iglesia y la consideración de que los Sacramentos eran “acciones de Cristo”, cualquiera que fuese el instrumento humano.
Más adelante (440-461), San León Magno no rechazará de la dignidad de Obispo a un cierto Máximo, que se había ordenado en el cisma Donatista.
Anastasio II (a. 496) no dejó de admitir la validez de las ordenaciones en el cisma de Acasio; porque Cristo es el que hace los Sacramentos, ni queda limitada su virtud fecunda, aunque pase por lugares inmundos.
San Gregorio Magno (a. 601) admitirá las Ordenaciones conferidas por nestorianos como válidas, escribiendo a los Obispos de Iberia (Giorgia): “...sin ninguna duda, vuestra Santidad los reciba (a aquellos nestorianos convertidos) en su propio grupo, guardándoles sus propias órdenes, para que, procediendo con mansedumbre y no haciéndoles contradicción o dificultad por sus propias órdenes, los arranquéis de la boca del antiguo enemigo”.
Y León XIII (a. 1896), sí decretó inválidas las Ordenaciones Anglicanas, no fue razón de haber sido conferidas por quienes estaban fuera de la Iglesia Católica Romana, sino solamente por vicio de forma e intención.
La validez de las Ordenes conferidas por herejes o Cismáticos, de suyo siempre la ha reconocido la Iglesia.
“Los sacerdotes dan su bendición no por propia virtud -escribe Hestiquio de Jerusalén- sino que, porque llevan la imagen de Cristo, pueden por Aquél que está en ellos dar la plenitud de la bendición”.
No se puede pues, absolutamente pensar en las Cristiandades separadas como en comunidades absolutamente extrañas, separadas de la Iglesia, donde se conserva el carácter Sacramental se conserva también un vínculo con la Iglesia única. Todos los cismas contra la unidad de la Iglesia no pueden consumar completamente la división en tanto la parte que se ha separado no haya repudiado también el Sacramento del Bautismo y destruido con ello todo vínculo de carácter Sacramental.
Es oportuno recordar que un niño bautizado no es, con el bautismo, incorporado al cisma, sino a la iglesia Una, aun cuando aquel que administra este sacramento no conozca a la Iglesia, aun cuando intente explícitamente excluirla con tal que su primera intención sea la de querer hacerle Cristiano.
La voluntad de los hombres no puede destrozar ni modificar una decisión divina: También los cismáticos en la medida que son Cristianos, pertenecen siempre a la Iglesia que es Una en la unidad de su Sacerdote.
Hoy día ya no se duda de Consagraciones Episcopales verificadas hasta en sujetos que no habían recibido previamente el Presbiterado u orden Sacerdotal. Al recibir la Consagración de Obispo, quedaban ordenados con la plenitud del Sacerdocio y poseyendo las Capacidades Sacramentales del Presbiterado.
De San Ambrosio de Milán, elegido Obispo siendo Catecúmeno, se vino creyendo hasta ahora que pasó por todos los grados del Clericato; pero ciertamente no aconteció así con otro Catecúmeno que, como refiere San Gregorio Nacianceno,
elegido también, fue bautizado y, de simple laico fue Ordenado. Otro laico que, estando casado y siendo abogado, de laico recibió la Consagración Episcopal, es San Filogonio, cuyo ministerio ensalza San Juan Crisóstomo.
Por San Agustín sabemos de la Consagración para Obispo de un simple lector. Estaban preparadas todas las cosas para consagrar a uno de los Sacerdotes y había un Obispo de fuera de Hipona para intervenir en la ceremonia; pero ésta no podía realizarse como se había pensado, porque el candidato se había retirado. Entonces San Agustín, Doctor y Padre de la Iglesia: para que no fuera inútil la vanidad del otro Obispo, sustituyó al presbítero por un lector.
Se cuentan treinta y cuatro diáconos Romanos que antes de acabar el siglo IX, en aquella Iglesia fueron consagrados Obispos de Roma o Papas, directamente sin pasar por el Presbiterado u Ordenación Sacerdotal. Respecto del Papa Juan XIII (965-972), cuya carrera eclesial se conoce por la lista de órdenes que había recibido, se ha podido constatar que el diácono pasó directamente al Episcopado.
El Obispo tiene en virtud de la Consagración Episcopal, una potestad de Confirmar y Ordenar, que no se le puede quitar, porque si la Iglesia pudiera anular esta potestad, es lógico creer que lo hubiera hecho en caso de cisma, herejía, etc,; y sin embargo nunca lo ha hecho. Al contrario, es un principio reconocido en Teología Sacramentaria la validez de las ordenaciones conferidas por Obispos cismáticos y herejes. Todo lo cual es indicio cierto de que la potestad Episcopal viene de un Sacramento y de un carácter impreso en el alma; no de un mero mandato, o de misión externa o jurisdicción comunicada por la Iglesia en la persona del Papa.
Biblioteca de Autores Cristianos: Ministros de Cristo, Sacerdocio y Sacramento del Orden, Enciclopedia del Sacerdocio, dirigida por el R. Prof. José Cacciatore, C.SS.R. Con 120 páginas de Bibliografía)
El Obispo SALOMAO FERAZ, consagrado como primer Obispo de la Iglesia Católica Independiente del Brasil, fue recibido por la Iglesia Romana sin haber sido Ordenado de Nuevo sino simplemente con reconocimiento de su Consagración Episcopal y fue aceptado como Obispo casado y murió siendo Obispo Auxiliar en Brasil en el seno de la Iglesia Romana y con todos los honores de cualquier Obispo Católico Romano.
Todo tiene un por que, una causa y un efecto ineludible, el hecho de que la personalidad de unos pocos y el ego u orgullo de muchos no den paso a la unidad y la Fraternidad, la cual conlleva a reconocer verazmente que solo hay una y solo una SANTA CATOLICA IGLESIA es seña de que el Cáncer del Dogma no se ha extirpado aun de los Hombres que prefieren seguir esclavizados por él.
Las sucesiones apostólicas de la Iglesia Católica Liberal Occidental y
de su Primado Monseñor Rodolfo González Pérez.
*Succession from the Roman Catholic Church
*Succession from the Chaldean Catholic Church
*Succession from the Syrian-Orthodox Patriarchate of Antioch
*Succession from the Coptic Orthodox Church
*Succession from the Russian Orthodox Church
*Succession from the Melkite-Greek Patriarchate of Antioch and all East
*Succession from the Anglican Communion
*Succession from the Ancient Catholic Church
*Succession from St Tugdual of St Dolay
*Mariavite Succession and others
*Templar Succession from the Eglise Catholique de France
and L'Eglise Constitutionelle
*Liberal Catholic church Succession
*Hebraic-Celtic Line of Succession
*Irish Lines of Succession
Más info en: http://www.icl-espana.org/index_apostolado.html
PARTE II
por: RODOLFO GONZALEZ PEREZ
24 de julio de 2016
FORMACION E INFORMACION BIBLICA, SOCIAL, CULTURAL E HISTORICA
Nosotros como Iglesia Católica Liberal Occidental unidos en el espíritu de amor fraternal cristiano y en el respeto mutuo invocando la unidad en la diversidad, estamos felices de que la Iglesia Católica Romana desde el Pontificado de Monseñor Joseph Card. Ratzinger y hasta el Pontificado del muy carismático Papa Francisco, esté en sus mejores momentos , ya que las reformas y el cambio de perspectiva está llevando a la Iglesia Católica Romana a una adaptación a su tiempo y al momento histórico que se vive a día de hoy. Por todo ello les felicitamos y nos alegra en gran manera que nos una ese espíritu de la concordia y la apostolicidad.
Sin embargo y a pesar de los esfuerzos de los dos últimos pontífices Monseñor Joseph Card. Ratzinger y Monseñor Francisco, mucha gente sigue desinformada, incluso me atrevo a decir que dicha desinformación es conveniente para algunas diócesis católicas romanas de Latinoamérica. Entendemos que los cambios puedan llevar su tiempo de maduración y de recepción, pero creo que ha llegado el momento de que esas personas que mal informan o desinforman se detengan de una vez y sean desenmascaradas.
Los esfuerzos de una visión unificadora de la Iglesia Cristiana no son sola y propiamente de la Iglesia de Roma, ya desde años anteriores las Iglesias Cristianas de Europa habrían hecho intentos grandes para llevar a buen puerto esta unidad, algunos fueron fructíferos otros no tanto, pero la intención de aglutinar en la diversidad a todas las Iglesias que contemplaran y practicaran los 7 sacramentos reconocidos y promulgados en el concilio de Trento y con sucesiones apostólicas validas, fue algo que se inició desde hace tiempo.
Como bien señalé en este escrito en la parte primera, muchas Iglesias ostentan el nombre de Católicas y es precisamente porque esa Universalidad que nos define y nos unifica está dada en dos puntos afines, por ello no es importante el nombre de la Iglesia sino más bien lo importante es lo que nos une y nos define como Católicos.
Esos puntos de unidad son:
-Las Órdenes Apostólicas Validas
-Los 7 Sacramentos
El concilio de Trento dedicó su sesión séptima a tratar el tema de los sacramentos. Aunque no ofreció una definición formal de sacramento, fijó la ya tradicional expresión de Berengario de Tours: «forma visible de la gracia invisible», usando además la categoría del símbolo que contiene y confiere la gracia que significa. Además se estableció el número de siete sacramentos. También, y a pesar de las disputas entre los teólogos y obispos, se aceptó la afirmación por la cual los sacramentos habrían sido instituidos por Jesucristo (aunque las escuelas presentes definían de diversos modos la noción de «institución»). Ahora bien, el común origen y la imposibilidad de modificar su sustancia no implica -siempre según los padres conciliares- que todos los sacramentos sean iguales en dignidad.
En contra de la teología de la Reforma, el Concilio afirmó la eficacia de los sacramentos siempre que el receptor no ponga obstáculos a la gracia. Ahora bien, para evitar conflictos con los ortodoxos, se usó la expresión «contienen la gracia» y no «causan la gracia» y la contienen «ex opere operato», según expresión que indica su eficacia sobrenatural propia. Sin embargo, se condicionó tal eficacia a que el ministro quiera hacer con ellos lo que hace la Iglesia y realice lo esencial a cada sacramento.
Además se indicó que tres eran los sacramentos que conferían «carácter» (y que, por tanto, podían ser recibidos una sola vez): el Bautismo, la Confirmación y el Orden.
No obstante a esto Monseñor Joseph Card. Ratzinger cuando aún era un prefecto de la CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE Católica Romana, escribe su Declaración llamada DOMINUS IESUS (SOBRE LA UNICIDAD Y LA UNIVERSALIDAD SALVÍFICA DE JESUCRISTO Y DE LA IGLESIA), el cual es un interesante trabajo intencionado a la unidad de la Cristiandad.
Aquí les dejo el link web directo de todo el trabajo de Monseñor Ratzinger.
http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_20000806_dominus-iesus_sp.html
Quiero solamente centrarme en los puntos 16 y 17, los cuales voy a transcribir aquí pero que el lector podrá leer también en el original.
IV. UNICIDAD Y UNIDAD DE LA IGLESIA
16. El Señor Jesús, único salvador, no estableció una simple comunidad de discípulos, sino que constituyó a la Iglesia como misterio salvífico: Él mismo está en la Iglesia y la Iglesia está en Él (cf. Jn 15,1ss; Ga 3,28; Ef 4,15-16; Hch 9,5); por eso, la plenitud del misterio salvífico de Cristo pertenece también a la Iglesia, inseparablemente unida a su Señor. Jesucristo, en efecto, continúa su presencia y su obra de salvación en la Iglesia y a través de la Iglesia (cf. Col 1,24-27),47 que es su cuerpo (cf. 1 Co 12, 12-13.27; Col 1,18).48 Y así como la cabeza y los miembros de un cuerpo vivo aunque no se identifiquen son inseparables, Cristo y la Iglesia no se pueden confundir pero tampoco separar, y constituyen un único « Cristo total ».49 Esta misma inseparabilidad se expresa también en el Nuevo Testamento mediante la analogía de la Iglesia como Esposa de Cristo (cf. 2 Cor 11,2; Ef5,25-29; Ap 21,2.9).50
Por eso, en conexión con la unicidad y la universalidad de la mediación salvífica de Jesucristo, debe ser firmemente creída como verdad de fe católica la unicidad de la Iglesia por él fundada. Así como hay un solo Cristo, uno solo es su cuerpo, una sola es su Esposa: « una sola Iglesia católica y apostólica ».51 Además, las promesas del Señor de no abandonar jamás a su Iglesia (cf. Mt 16,18; 28,20) y de guiarla con su Espíritu (cf. Jn 16,13) implican que, según la fe católica, la unicidad y la unidad, como todo lo que pertenece a la integridad de la Iglesia, nunca faltaran.52
Los fieles están obligados a profesar que existe una continuidad histórica —radicada en la sucesión apostólica—53 entre la Iglesia fundada por Cristo y la Iglesia católica: « Esta es la única Iglesia de Cristo [...] que nuestro Salvador confió después de su resurrección a Pedro para que la apacentara (Jn 24,17), confiándole a él y a los demás Apóstoles su difusión y gobierno (cf. Mt 28,18ss.), y la erigió para siempre como « columna y fundamento de la verdad » (1 Tm 3,15). Esta Iglesia, constituida y ordenada en este mundo como una sociedad, subsiste [subsistit in] en la Iglesia católica, gobernada por el sucesor de Pedro y por los Obispos en comunión con él ».54 Con la expresión « subsitit in », el Concilio Vaticano II quiere armonizar dos afirmaciones doctrinales: por un lado que la Iglesia de Cristo, no obstante las divisiones entre los cristianos, sigue existiendo plenamente sólo en la Iglesia católica, y por otro lado que « fuera de su estructura visible pueden encontrarse muchos elementos de santificación y de verdad »,55 ya sea en las Iglesias que en las Comunidades eclesiales separadas de la Iglesia católica.56 Sin embargo, respecto a estas últimas, es necesario afirmar que su eficacia « deriva de la misma plenitud de gracia y verdad que fue confiada a la Iglesia católica ».57
17. Existe, por lo tanto, una única Iglesia de Cristo, que subsiste en la Iglesia católica, gobernada por el Sucesor de Pedro y por los Obispos en comunión con él.58 Las Iglesias que no están en perfecta comunión con la Iglesia católica pero se mantienen unidas a ella por medio de vínculos estrechísimos como la sucesión apostólica y la Eucaristía válidamente consagrada, son verdaderas iglesias particulares.59 Por eso, también en estas Iglesias está presente y operante la Iglesia de Cristo, si bien falte la plena comunión con la Iglesia católica al rehusar la doctrina católica del Primado, que por voluntad de Dios posee y ejercita objetivamente sobre toda la Iglesia el Obispo de Roma.60
Por el contrario, las Comunidades eclesiales que no han conservado el Episcopado válido y la genuina e íntegra sustancia del misterio eucarístico,61 no son Iglesia en sentido propio; sin embargo, los bautizados en estas Comunidades, por el Bautismo han sido incorporados a Cristo y, por lo tanto, están en una cierta comunión, si bien imperfecta, con la Iglesia.62 En efecto, el Bautismo en sí tiende al completo desarrollo de la vida en Cristo mediante la íntegra profesión de fe, la Eucaristía y la plena comunión en la Iglesia.63
« Por lo tanto, los fieles no pueden imaginarse la Iglesia de Cristo como la suma —diferenciada y de alguna manera unitaria al mismo tiempo— de las Iglesias y Comunidades eclesiales; ni tienen la facultad de pensar que la Iglesia de Cristo hoy no existe en ningún lugar y que, por lo tanto, deba ser objeto de búsqueda por parte de todas las Iglesias y Comunidades ».64 En efecto, « los elementos de esta Iglesia ya dada existen juntos y en plenitud en la Iglesia católica, y sin esta plenitud en las otras Comunidades ».65
« Por consiguiente, aunque creamos que las Iglesias y Comunidades separadas tienen sus defectos, no están desprovistas de sentido y de valor en el misterio de la salvación, porque el Espíritu de Cristo no ha rehusado servirse de ellas como medios de salvación, cuya virtud deriva de la misma plenitud de la gracia y de la verdad que se confió a la Iglesia ».66
La falta de unidad entre los cristianos es ciertamente una herida para la Iglesia; no en el sentido de quedar privada de su unidad, sino « en cuanto obstáculo para la realización plena de su universalidad en la historia ».67......
Estamos satisfechos de ver como los esfuersos de unidad católica y apostolica no son solamente por parte de las Iglesias Catolicas no romanas sino que desde la misma sede vaticana ellos manifiestan su intención de unidad.
Según la declaración DOMINUS IESUS quiero hacer hincapié en algunos puntos.
El escrito dice:
… Los fieles están obligados a profesar que existe una continuidad histórica —radicada en la sucesión apostólica…
1. Juzgamos que aquí Monseñor Ratzinger hace mención a ese legado histórico que descansa en la apostolicidad osea en la sucesión apostolica valida, de lo cual deducimos que tanto los católicos romanos como los católicos no romanos, nos reconocemos como hermanos en una misma madre iglesia la cual nos une en esa sucesión apostolica.La declaración continua y dice:
… Esta Iglesia, constituida y ordenada en este mundo como una sociedad, subsiste [subsistit in] en la Iglesia católica, gobernada por el sucesor de Pedro y por los Obispos en comunión con él…
2. Por descontado aquí no se está refiriendo solo a los Obispos Católicos Romanos en comunión con el Papa, sino que se refiere con toda claridad a los Obispos de otras denominaciones Católicas que están en comunión con el Papa ligados, a el por esa Universalidad y Sucesión Apostólica, así pues la Iglesia Universal indivisible aunque con muchas denominaciones, es gobernada por estos Obispos.
… por un lado que la Iglesia de Cristo, no obstante las divisiones entre los cristianos, sigue existiendo plenamente sólo en la Iglesia católica, y por otro lado que « fuera de su estructura visible pueden encontrarse muchos elementos de santificación y de verdad »,55 ya sea en las Iglesias que en las Comunidades eclesiales separadas de la Iglesia católica.56 Sin embargo, respecto a estas últimas, es necesario afirmar que su eficacia « deriva de la misma plenitud de gracia y verdad que fue confiada a la Iglesia católica »….57
3. La Plenitud de Gracia a la cual esta declaración se está refiriendo ya no es solamente a la Sucesión Apostólica sino también a la unión Sacramental. Es decir la Iglesia es una y la mantiene indivisible la institución Sacramental así como la Sucesión apostólica.
… Las Iglesias que no están en perfecta comunión con la Iglesia católica pero se mantienen unidas a ella por medio de vínculos estrechísimos como la sucesión apostólica y la Eucaristía válidamente consagrada, son verdaderas iglesias particulares.59 Por eso, también en estas Iglesias está presente y operante la Iglesia de Cristo, si bien falte la plena comunión con la Iglesia católica al rehusar la doctrina católica del Primado, que por voluntad de Dios posee y ejercita objetivamente sobre toda la Iglesia el Obispo de Roma.60
Por el contrario, las Comunidades eclesiales que no han conservado el Episcopado válido y la genuina e íntegra sustancia del misterio eucarístico,61 no son Iglesia en sentido propio; sin embargo, los bautizados en estas Comunidades, por el Bautismo han sido incorporados a Cristo y, por lo tanto, están en una cierta comunión, si bien imperfecta, con la Iglesia.62 En efecto, el Bautismo en sí tiende al completo desarrollo de la vida en Cristo mediante la íntegra profesión de fe, la Eucaristía y la plena comunión en la Iglesia.63
En efecto, « los elementos de esta Iglesia ya dada existen juntos y en plenitud en la Iglesia católica, y sin esta plenitud en las otras Comunidades ».65 « Por consiguiente, aunque creamos que las Iglesias y Comunidades separadas tienen sus defectos, no están desprovistas de sentido y de valor en el misterio de la salvación, porque el Espíritu de Cristo no ha rehusado servirse de ellas como medios de salvación, cuya virtud deriva de la misma plenitud de la gracia y de la verdad que se confió a la Iglesia ».66...
4. Monseñor Ratzinger en esta declaración da un giro drástico a la situación actual. Pues la Iglesia Catolica Romana en años anteriores poseía sus reservas sobre los cristianos que no estuvieran bajo esa universalidad sacramental y apostolica. A pesar que algunos padres de la Iglesia se manifestaron a favor de los no alineados con la sede de roma, La Iglesia Catolica Romana hasta este momento no se había planteado una forma de ver la unidad de la Iglesia Cristiana de esta manera. Desde luego esta declaración da un giro de 180 grados a la unidad y Monseñor Ratzinger lo supo hacer muy bien.
5. La declaración además reconoce que la Iglesia Católica esparcida por el mundo que no responde a la obediencia del Obispo de Roma es una Iglesia dentro de esa universalidad y Cristo está presente en ella.
CONCLUCIONES
Mucho se ha Juzgado, y cuestionado, si fuera de Roma hay salvación, o si existe otras vías de creencias validas en doctrinas, sin embargo la Historia Apostólica define, que hay una sola y valida Iglesia, pero disgregada, por el antojo de unos pocos ego centristas que buscan el protagonismo. Espero que con este escrito os aclaren un poco las dudas que puedan tener. Espero que esos calumniadores y difamadores de la Sana Doctrina, entiendan de unas ves que el daño se lo hacen a ellos mismos.
Con frecuencia, las Iglesias Católicas Apostólicas no Romanas, sean Nacionales, Tridentinas, Ortodoxas Occidentales, o Sedevacantistas son blanco de críticas por algunas jerarquías Romanas, tras considerarlas irregulares. Argumentan que tanto sus obispos como sus sacramentos no son reconocidos como católicos (Universales), pero los siguientes documentos históricos irrebatibles no dicen lo mismo.
El primer Concilio Niceno (a 325) se expresó claramente a este respecto hablando de los novacianos: “Sobre los que se llaman Catharos (esto es, limpios) si vinieren a la Iglesia Católica, agradó al Santo y al Gran Concilio que, recibiendo la imposición de manos en penitencia, permanezcan como están en el clero. Conviene que, sobre todo, profesen por escrito que reciben y siguen todos los dogmas de la Iglesia Católica y Apostólica”.
Los Santos Padres pensaron que la imposición de manos o la Ordenación producen sus efectos aunque proceda de un ministro indigno. Es un Sacramento y una acción de Cristo, que no queda desvirtuada por la “iniquidad” del instrumento. Este principio general de Teología Sacramental Patrística tiene ahora su manifestación concreta en el Sacramento del Orden.
San Jerónimo dice igualmente: “Si el que bautiza en su fe herética no puede dañar al bautizado, tampoco el que en su propia fe herética hace la ordenación del sacerdote le mancho”.
San Agustín (354-430): “no hay ninguna razón porque quien no puede perder el bautismo pueda perder el derecho a darlo, porque uno y aún los mismo propósitos que venían de un cisma han sido recibidos, aun cuando pareciese ser necesario que desempeñasen los mismos oficios que antes desempeñaban, o han sido ordenados de nuevo, sino que, lo mismo que el bautismo, la ordenación permaneció íntegra, puesto que en la separación o cisma hubo un vicio, pero no en los Sacramentos, que son los mismos dondequiera que estén... Si nosotros procedemos mal, que expliquen ellos como no pueda perderse el Sacramento del bautizado, y pueda perderse el sacramento del ordenado, que dicen: “al apartarse de la Iglesia no perdió el bautismo pero sí el derecho a darlo”. Porque si uno y otro es sacramento, de lo cual nadie duda, ¿por qué aquel no se pierde y este sí se pierde? Ni a uno ni a otro sacramento hay que hacer injuria”.
Una de las razones de esta aceptación de los Sacramentos conferidos por “herejes, Cismáticos y Pecadores” la daba San Agustín: “una cosa es no tener algo, y otra cosa es tenerlo ilegítimamente o usurparlo ilícitamente. Los sacramentos hay que reconocerlos y venerarlos”.
Otras razones eran la “Costumbre” o Tradición de la Iglesia y la consideración de que los Sacramentos eran “acciones de Cristo”, cualquiera que fuese el instrumento humano.
Más adelante (440-461), San León Magno no rechazará de la dignidad de Obispo a un cierto Máximo, que se había ordenado en el cisma Donatista.
Anastasio II (a. 496) no dejó de admitir la validez de las ordenaciones en el cisma de Acasio; porque Cristo es el que hace los Sacramentos, ni queda limitada su virtud fecunda, aunque pase por lugares inmundos.
San Gregorio Magno (a. 601) admitirá las Ordenaciones conferidas por nestorianos como válidas, escribiendo a los Obispos de Iberia (Giorgia): “...sin ninguna duda, vuestra Santidad los reciba (a aquellos nestorianos convertidos) en su propio grupo, guardándoles sus propias órdenes, para que, procediendo con mansedumbre y no haciéndoles contradicción o dificultad por sus propias órdenes, los arranquéis de la boca del antiguo enemigo”.
Y León XIII (a. 1896), sí decretó inválidas las Ordenaciones Anglicanas, no fue razón de haber sido conferidas por quienes estaban fuera de la Iglesia Católica Romana, sino solamente por vicio de forma e intención.
La validez de las Ordenes conferidas por herejes o Cismáticos, de suyo siempre la ha reconocido la Iglesia.
“Los sacerdotes dan su bendición no por propia virtud -escribe Hestiquio de Jerusalén- sino que, porque llevan la imagen de Cristo, pueden por Aquél que está en ellos dar la plenitud de la bendición”.
No se puede pues, absolutamente pensar en las Cristiandades separadas como en comunidades absolutamente extrañas, separadas de la Iglesia, donde se conserva el carácter Sacramental se conserva también un vínculo con la Iglesia única. Todos los cismas contra la unidad de la Iglesia no pueden consumar completamente la división en tanto la parte que se ha separado no haya repudiado también el Sacramento del Bautismo y destruido con ello todo vínculo de carácter Sacramental.
Es oportuno recordar que un niño bautizado no es, con el bautismo, incorporado al cisma, sino a la iglesia Una, aun cuando aquel que administra este sacramento no conozca a la Iglesia, aun cuando intente explícitamente excluirla con tal que su primera intención sea la de querer hacerle Cristiano.
La voluntad de los hombres no puede destrozar ni modificar una decisión divina: También los cismáticos en la medida que son Cristianos, pertenecen siempre a la Iglesia que es Una en la unidad de su Sacerdote.
Hoy día ya no se duda de Consagraciones Episcopales verificadas hasta en sujetos que no habían recibido previamente el Presbiterado u orden Sacerdotal. Al recibir la Consagración de Obispo, quedaban ordenados con la plenitud del Sacerdocio y poseyendo las Capacidades Sacramentales del Presbiterado.
De San Ambrosio de Milán, elegido Obispo siendo Catecúmeno, se vino creyendo hasta ahora que pasó por todos los grados del Clericato; pero ciertamente no aconteció así con otro Catecúmeno que, como refiere San Gregorio Nacianceno,
elegido también, fue bautizado y, de simple laico fue Ordenado. Otro laico que, estando casado y siendo abogado, de laico recibió la Consagración Episcopal, es San Filogonio, cuyo ministerio ensalza San Juan Crisóstomo.
Por San Agustín sabemos de la Consagración para Obispo de un simple lector. Estaban preparadas todas las cosas para consagrar a uno de los Sacerdotes y había un Obispo de fuera de Hipona para intervenir en la ceremonia; pero ésta no podía realizarse como se había pensado, porque el candidato se había retirado. Entonces San Agustín, Doctor y Padre de la Iglesia: para que no fuera inútil la vanidad del otro Obispo, sustituyó al presbítero por un lector.
Se cuentan treinta y cuatro diáconos Romanos que antes de acabar el siglo IX, en aquella Iglesia fueron consagrados Obispos de Roma o Papas, directamente sin pasar por el Presbiterado u Ordenación Sacerdotal. Respecto del Papa Juan XIII (965-972), cuya carrera eclesial se conoce por la lista de órdenes que había recibido, se ha podido constatar que el diácono pasó directamente al Episcopado.
El Obispo tiene en virtud de la Consagración Episcopal, una potestad de Confirmar y Ordenar, que no se le puede quitar, porque si la Iglesia pudiera anular esta potestad, es lógico creer que lo hubiera hecho en caso de cisma, herejía, etc,; y sin embargo nunca lo ha hecho. Al contrario, es un principio reconocido en Teología Sacramentaria la validez de las ordenaciones conferidas por Obispos cismáticos y herejes. Todo lo cual es indicio cierto de que la potestad Episcopal viene de un Sacramento y de un carácter impreso en el alma; no de un mero mandato, o de misión externa o jurisdicción comunicada por la Iglesia en la persona del Papa.
Biblioteca de Autores Cristianos: Ministros de Cristo, Sacerdocio y Sacramento del Orden, Enciclopedia del Sacerdocio, dirigida por el R. Prof. José Cacciatore, C.SS.R. Con 120 páginas de Bibliografía)
El Obispo SALOMAO FERAZ, consagrado como primer Obispo de la Iglesia Católica Independiente del Brasil, fue recibido por la Iglesia Romana sin haber sido Ordenado de Nuevo sino simplemente con reconocimiento de su Consagración Episcopal y fue aceptado como Obispo casado y murió siendo Obispo Auxiliar en Brasil en el seno de la Iglesia Romana y con todos los honores de cualquier Obispo Católico Romano.
Todo tiene un por que, una causa y un efecto ineludible, el hecho de que la personalidad de unos pocos y el ego u orgullo de muchos no den paso a la unidad y la Fraternidad, la cual conlleva a reconocer verazmente que solo hay una y solo una SANTA CATOLICA IGLESIA es seña de que el Cáncer del Dogma no se ha extirpado aun de los Hombres que prefieren seguir esclavizados por él.
Las sucesiones apostólicas de la Iglesia Católica Liberal Occidental y
de su Primado Monseñor Rodolfo González Pérez.
*Succession from the Roman Catholic Church
*Succession from the Chaldean Catholic Church
*Succession from the Syrian-Orthodox Patriarchate of Antioch
*Succession from the Coptic Orthodox Church
*Succession from the Russian Orthodox Church
*Succession from the Melkite-Greek Patriarchate of Antioch and all East
*Succession from the Anglican Communion
*Succession from the Ancient Catholic Church
*Succession from St Tugdual of St Dolay
*Mariavite Succession and others
*Templar Succession from the Eglise Catholique de France
and L'Eglise Constitutionelle
*Liberal Catholic church Succession
*Hebraic-Celtic Line of Succession
*Irish Lines of Succession
Más info en: http://www.icl-espana.org/index_apostolado.html